Violencia Sexual

La violencia sexual dentro de la pareja, al igual que el maltrato psicológico, no es más que otra forma de Violencia de Género; por eso creemos importante tratarla en un apartado específico.

La violencia sexual se define en el Informe mundial sobre la violencia y la salud de la OMS como "todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo". La violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de cualquier tipo incluyendo el uso de fuerza física, las tentativas de obtener sexo bajo coacción, la agresión mediante órganos sexuales, el acoso sexual incluyendo la humillación sexual, el matrimonio o cohabitación forzados incluyendo el matrimonio de menores, la prostitución forzada y comercialización de mujeres, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra enfermedades, y los actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las mujeres tales como la mutilación genital femenina y las inspecciones para comprobar la virginidad.

Puede existir violencia sexual entre miembros de una misma familia y personas de confianza, y entre conocidos y extraños. La violencia sexual puede tener lugar a lo largo de todo el ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, e incluye a mujeres y hombres, ambos como víctimas y agresores. Aunque afecta a ambos sexos, con más frecuencia es llevada a cabo por niños y hombres a niñas y mujeres.

* Información extraída de la web de la ONU: http://www.un.org/spanish/Depts/dpi/boletin/mujer/ip3.html

Coerción sexual

La coerción sexual existe en progresión continua, desde la violación forzada hasta formas de presión no físicas que obligan a las niñas y mujeres a tener relaciones sexuales contra su voluntad. La piedra de toque de la coerción es que la mujer no tiene elección y enfrenta graves consecuencias físicas y sociales si opone resistencia a los requerimientos sexuales.

Las dos formas principales de coerción perseguidas por la ley son la penetración forzada (violación) y la agresión sexual (contacto sexual forzado). Por otra parte, la intimidación, la presión verbal o el matrimonio forzado, son culturalmente tolerados y en ocasiones hasta perdonados.

En su mayor parte, la actividad sexual no consensual tiene lugar entre personas que se conocen, como cónyuges, familiares, cortejantes o conocidos. La coerción sexual puede ocurrir en cualquier momento de la vida de la mujer (des de recién nacidas hasta la tercera edad).

Gran parte de las víctimas de la coerción sexual son niñas o adolescentes de países industrializados y en desarrollo. Durante la niñez las jovencitas pueden convertirse en blanco fácil de los parientes o amigos mayores que consiguen su objetivo por la fuerza o con engaños. Más adelante, los novios, maestros, parientes u otros hombres con autoridad pueden forzar a las jóvenes a tener encuentros sexuales no deseados. 



Parece irónico que buena parte de las relaciones sexuales no consensuales tengan lugar dentro de uniones consensuales. Naturalmente, no todas las mujeres tienen una experiencia negativa del acto sexual y muchas experimentan placer. Pero para algunas de ellas las relaciones sexuales son sólo otro medio de control masculino.

Por ejemplo, en un estudio cualitativo de 15 países sobre el riesgo de VIH de la mujer, las mujeres relataron experiencias profundamente perturbadoras de las relaciones sexuales dentro del matrimonio. Las entrevistadas mencionaron a menudo que habían sido físicamente forzadas a tener relaciones sexuales o a participar en tipos de actividad sexual que encontraban degradantes y humillantes. Otras cedían a los requerimientos por temor a las consecuencias que les acarrearía negarse a ello, como maltrato físico, pérdida de sostén económico o acusaciones de infidelidad. En muchos otros estudios se ha observado este tipo de "consentimiento defensivo".


*Información extraída de la página web: http://info.k4health.org/pr/prs/sl11/l11chap3.shtml#top